Richard y Camino, la unión entre Reino Unido y València, apostaron por el mar y el buen café como palanca de cambio. Ante el Mediterráneo, imaginaron su propio rincón en cuya fachada inscriben a mano la última ocurrencia gastro.
Y así, muy a mano, levantaron el Mikengo. Exposiciones efímeras, ambiente marítimo, tostadas y platos frescos que diseñan un microcosmos repleto de intangibles.